Es genial, sublime y reconfortante la sensación que se te queda cuando ganas, pero a mi se me multiplica por tres cuando veo que el casillero rival refleja un rosco como una catedral. Y es que está claro que es así de la única forma que podemos aspirar a cotas altas, manteniendo la solvencia atrás, porque adelante ya sabemos que marcar marcamos fijo. Cada vez que recibimos un gol hago memoria de mis propias palabras a final de la temporada pasada "Delantera de Champions, defensa de descenso". No obstante hoy no me he tenido que acordar de ello en absoluto. Esperemos que, como ha dicho Marcelino en rueda de prensa, la temporada pasada sea pasado y nos tengamos que apretar los cinturones porque este Sevilla va como un bólido.
Lo primero, y para quitármelo de encima ya, el mayor de los Teixeira Vitienes (no el menor como reflejó el marcador) ha hecho honor a mi análisis del otro día. Muy lento pitando las faltas, dando ventaja cuando no era necesario, complicándose la vida en acciones para nada complicadas y teniendo que rectificar más de una y dos veces, tanto a favor del Sevilla como a favor de la Real. Un nivel en mi opinión bastante bajo para un árbitro de Primera División. Creo sinceramente que en Segunda hay árbitros con más talento, más personalidad y centrados en lo que tienen que estar que, por ejemplo, José Antonio Teixeira Vitienes. De todas maneras, su pobre actuación no ha influido para nada en el partido.
Partido que creo que nadie me lo negará, sólo ha tenido un dueño y señor, el Sevilla FC. Puede que no haya sido absolutamente claro, mas la Real Sociedad, equipo cortito pero luchador, ha dejado claro que lo del otro día del Barcelona fue un agradable accidente.
Al igual que la hemos criticado duramente cuando nos ha dejado en ridículo, hoy debemos hacer una reverencia a la defensa. Todos atentos, serios, contundentes cuando ha sido necesario y, sobre todo, compenetrados con el resto del equipo. Emir Spáhic se ha puesto los galones para los que se le fichó y ha demostrado que puede ser la solución a poco que se le de continuidad. La solución para que Escudé no esté tan nervioso como de costumbre; la solución para que nuestros laterales se animen más a subir y ganemos superioridad numérica en cada jugada; y la solución para que, en definitiva, nuestra portería quede a cero si en el equipo rival no hay un Cazorla de turno que te la enchufe con una parábola imposible. Varas no ha tenido que tirarse al suelo ni una vez, y sólo con eso ya estoy más que satisfecho. Ahora habrá que esperar a ver qué pasa cuando venga un rival duro de los de verdad, como el Valencia.
El mediocampo ha tenido sus altibajos. Lo que está totalmente claro es que este Sevilla de hoy no se entiende sin Gary Medel. Qué poquito nos va a durar Medel si sigue dejando en bragas al mejor Poulsen partido a partido. Junto a él, da igual quién esté, si Trochowsky, hoy para mi bastante mejor que en los últimos partidos; o Rakitic, ya que siempre va a surtir de balones rápidos a sus compañeros, y esto el equipo lo nota. Por su parte, creo que el principal fallo en el ataque de hoy es que seguimos apoyándonos demasiado en Perotti, sobre todo en la primera parte, donde Navas ha estado casi inédito. Si vamos a centrar nuestro juego con las trancisiones rápidas, deberíamos usar a todos nuestros efectivos y no dejar a Jesús Navas comiéndose los mocos, porque a poco que haga creo que siempre lo va a hacer mejor que el argentino.
Arriba, qué decir. Hemos tenido ocasiones suficientes para matar el partido y no tener que estar silbándole al mayor de los Teixeira Vitienes por alargar un poco más de la cuenta el partido. Ovación tras ovación, Kanouté sigue dejando más alta su leyenda (ya lleva 100 victorias con el Sevilla FC en Liga) y Negredo, aunque no ha podido aumentar su racha, ha sido un filón a la hora de servir balones. Ahora bien, tener en el banquillo a tipos como Manu del Moral es un seguro de vida. En el ratito que ha estado se ha notado su soberbia conducción y cómo todos saben que cuando el la lleve tienen que abrirse, para dejarle un carril y poder optar por el chut rápido o un pase hiriente detrás de la defensa. Hoy no ha podido definir en el último pase, como el equipo en general, pero si sigue así, creo que va a haber poca discusión más sobre el sistema a utilizar.
Lo mejor de todo, que hemos vuelto a ser, como ante el Málaga, un equipo y si conseguimos esto partido a partido y sobre todo volvemos a convertir el Pizjuán en el fortín que fue hace no muchos años, tenemos grandes posibilidades de acabar muy arriba en la tabla.
Ahora bien, vamos a tener los pies en el suelo y vamos a recordar que es en campos como el de Osasuna donde se marca la diferencia entre estar terceros y estar quintos. Hay que ganar el martes si o si.
Por cierto, espero que el presidente de Osasuna no fuera uno de los que le pidió perdón al Tito Floren, porque si fue así, me alegro muchísimo que le hayan metido ocho hoy. Al igual que me alegro por el Granada CF, por conseguir su primera victoria en Primera en 35 años y por haberla conseguido frente al Villareal, del que nos ponemos ya a 6 puntitos. Ahora sólo queda que el Rácing haga los deberes y la líe en el Calderón como la lió hace dos semanas en Mestalla, pero ganando.
Pase lo que pase, seguiremos en puestos europeos una jornada más.
Dónde hay que firmar para ganar los partidos de casa todos por 1-0, y empatar a 2 todos los de fuera, dónde?
ResponderEliminarAsí, sí, Marcelino.
PD: Magnífica crónica del partido. Y enhorabuena al Osasuna porque eso es lo que querían, que los dos grandes( ladrones) les metan siempre 8.
Coincido con tu anáisis prácticamente en todo. Lo importante, que el otro equipo no genere ocasiones. Ya marcaremos, como así ha sido.
ResponderEliminarUn saludo
El que pidió perdón fue el At. Madrid, Osasuna sólo calló como los cobardes. Por tanto, igual no se merecía ocho, sino sólo seis. Pero bueno, los ocho están bien.
ResponderEliminarA mí el Sevilla ni me gustó ni me dejó de gustar. No espero que lo haga hasta que no pasen unas cuantas jornadas, es lo normal cuando llega alguien nuevo y lo revoluciona todo.
Pero entre tanto, llevar siete puntos de nueve es una gozada. Sobre todo cuando uno mira a los rivales directos y ve lo que ve.
A ver si hacemos algo grande en Pamplona.
Un saludo