Vuelvo con la sección Tras las filas enemigas, después de dos partidos en los que no he podido actualizarla, debido por una parte a la falta de tiempo y por otra a la innacesibilidad de determinados blogueros a prestar colaboración. De todas maneras, sigo, partido a partido intentándolo para ofreceros un punto de vista diferente.
Hoy os traigo un texto que ha escrito un amigo atlético bajo el pseudónimo PabCas, que, aunque no es bloguero de facto, sí que suele visitarme y comentar de vez en cuando. Sin problema aceptó mi petición y aquí os traigo su trabajo, en el que arroja un poco de luz sobre la ya consumada rivalidad de nuestros dos equipos que no es, ni mucho menos, reciente. Ahí va.
PabCas
Mal momento para visitar el Calderón.
El Atleti recibe al Sevilla con las garras afiladas. Tras cosechar un 5-0 en el CampNou, querrá resarcirse ante su afición, sobre todo, el Tigre Falcao, que no la olió en la ciudad condal. Que tenga cuidado el Sevilla pues el Calderón es coto privado de caza para el Tigre: 5 goles en 2 partidos lo avalan. Arda Turan, Diego y Reyes no se cansan de darle asistencias.
Desde la ribera del Manzanares, de un tiempo a esta parte se ve al Sevilla como un rival directo más por los objetivos, junto a Valencia, Villarreal, en menor medida Athletic y este año el Málaga del Jeque. Durante estos últimos años en los que Sevilla y Atlético han luchado de tú a tú se ha acrecentado la rivalidad entre ambos, pero hay que irse 60 años atrás para ver el comienzo de una no muy bonita amistad.
24 de Abril de 1951. Última jornada de liga. El Atleti visita Nervión. ¿Qué tiene de especial este partido? Que el Atleti lideraba la clasificación 2 puntos por delante del Sevilla. Una victoria de los nervionenses les daría su segundo título liguero, al Atleti le bastaba el empate para conseguir su cuarta liga. En la primera parte, el Sevilla se adelantó pero poco después el Atleti puso las tablas de nuevo. Ya en la segunda parte, el Sevilla, volcado, volvió a adelantarse gracias a un centro de Ayala rematado por Araujo, el árbitro dio gol, pero el linier lo anuló: el balón había salido antes de que centrara. Esta decisión provocó una bronca monumental en la grada, y tangana entre los jugadores. Con el empate se acabó el partido. El Atleti salió campeón y su autobús apedreado.
Con todo y con esto, se miden dos buenos equipos, con semejantes aspiraciones y que lo darán todo para ganar. El Atlético se ha abonado esta temporada al juego de toque, de posesión, quiere jugarla bien hasta Perea (ya es decir..). El Sevilla parece rendido a las diabluras de Navas y los remates de Kanoute y Negredo, así que plantear el partido a la contra podría ser una buena idea. En otro orden de cosas el Atleti tiene el hándicap de jugar el jueves Europa League contra el Rennes, pero salvo que se lesione alguien no debe afectar demasiado. El partido se juega en el Calderón, y ahí los colchoneros no admitimos excusas, ni perdones, solo goles. El Tigre espera.
Me quedo, de todo ello, con el apunte de ese partido que, de haber ganado, hubiese supuesto nuestro segundo título de Liga. Y es que para el Sevilla FC es habitual, cuando ha tenido ocasión, jugarse sus opciones al título liguero en la última jornada.
Si contamos la Liga que sí ganamos, la de la temporada 45-46 que se decidió en la última jornada, Sevilla - Barcelona, primero con 35 puntos contra segundo con 34, un partido a muerte que quedó en tablas; hay hasta otros tres precedentes que, de habernos acompañado la suerte, hubieran supuesto contar con 4 títulos ligueros en nuestras vitrinas.
El primero y más antiguo, data de la 39/40, cuando el Sevilla partía, en la penúltima jornada primero, con 27 puntos, empatado a puntos con el segundo, Atletico de Madrid pero por encima debido a la diferencia de goles. En la última jornada el Atlético hizo los deberes, imponiéndose por 2-0 al Valencia pero nosotros pinchamos, con un 3-3 en casa frente al Hércules de Alicante, evaporándose el sueño de nuestro primer título liguero que no conseguiríamos hasta 6 temporadas después.
Posteriormente encontramos el subcampeonato que nos cuenta PabCas en su texto y, mucho más recientemente el que todos recordamos en la temporada 2006/2007, cuando en la penúltima jornada Real Madrid y Barcelona pincharon, empatando sus partidos, pero nosotros no pudimos tampoco pasar del empate frente al Mallorca, principalmente porque fue un partido hosco y feo de los nuestros y, en mayor o menor medida, por el desacierto del colegiado Iturralde González, que obvió dos clarísimos penaltis uno sobre Luis Fabiano y otro sobre Daniel Alves, que nos terminaron costando una Liga, la Liga que hubiera supuesto un triplete de los de verdad, de Liga, Copa y Europa y una grandeza aún mayor para nuestro club.
Muy dolorosos recuerdos, cercanos y lejanos. Pero dejemos de hablar del pasado, ya que el presente es este y esta semana tenemos opciones de volver al liderato unas temporadas después, si ganamos nuestro partido y se dan una serie de resultados. No significaría nada a estas alturas, pero siempre sienta bien encabezar la tabla. Y si no que se lo digan a nuestros vecinos.
Doloroso fue el descenso en Oviedo, esos recuerdos que dices también lo son, pero de otra forma. Son recuerdos de grandeza. Para perder un título hay que pelear por ese título, y eso no lo consigue cualquiera. Ojalá todos los recuerdos dolorosos fueran así. Muy buenos esos apuntes históricos.
ResponderEliminarPor cierto, yo le temo menos al Atlético que al Getafe, al Rácing o al Levante. Se nos suelen dar bien los equipos que nos dejan espacios para jugar al fútbol, y aún mejor los que no nos obligan a llevar la manija del partido. Que el Atlético se vaya al ataque, que si hay algo en lo que nosotros somos mortales es el contragolpe.
Un saludo
Por cierto, muchas gracias al autor por su colaboración. Me encantan estas cosas, de verdad, respeto, deportividad, cada uno animando a su equipo y que gane el mejor. Ojalá siempre fuera así.
ResponderEliminarUn saludo