Antes de nada, quisiera corregir un error que tuve hace unos meses, cuando nuestro entrenador dijo que el Betis no estaba en condiciones de competir los mismos objetivos que el Sevilla FC. Entonces dije que el Sevilla llevaba 186 jornadas completas por encima del equipo verdiblanco. Os quiero aclarar que entonces cometí un error aritmético y no incluí en la suma la última temporada del Betis en Segunda División, 38 jornadas más, desde la 4 de la 2005/2006 hasta ayer lunes, que harían un total de 224 jornadas, 225 si contamos la jornada pasada.
Gracias a Alvarado, que por Twitter me ha hecho darme cuenta del error.
Ni me pone nervioso ni me disgusta la cantinela que tienen ahora los aficionados al otro equipo, que os remito aquí:
¿En qué se parece una niña de 13 años al Sevilla? En que ambos tienen poca delantera, les queda grande la Liga y les empieza a gustar la cola.
La verdad que sí, muy graciosos, es el típico pique de la guasa sevillana. Eso sí, yo entraré en el trapo de hacer chistes sobre equipos cuando el Betis haya estado 225 jornadas consecutivas por encima del Sevilla FC (y dejo fuera aquello de conseguir títulos, que ya tienen bastante con lo que tienen los lechuguinos), porque ami no me gusta aquello de burlarme de los débiles y los pequeños.
Me comentó Ravesen, el otro día en el post que dediqué a Teixeira Vitienes que cómo es posible que dos árbitros, siendo compañeros de profesión, con las mismas directrices y en la misma categoría, uno hubiese sacado el doble de amarillas y más de triple de rojas directas que otro.
Es curioso, ciertamente, este dato, no sólo por su disparidad, sino porque en teoría todos los árbitros nos regimos por el mismo Reglamento, que es este.
Yo como árbitro, conozco de primera mano lo que pasa en un partido real, y aunque las reglas son las reglas, los jugadores no son robots y no hacen todo mecánicamente, al igual que los árbitros no tienen un chip integrado donde dilucidan instantáneamente si tal cosa es una falta leve, una entrada temeraria, es mano involuntaria, derriba con saña o empuja deliberadamente.
Hay, para mi, tres factores que influyen directamente en el desempeño de un partido, que se saquen más o menos tarjetas y que sea más o menos limpio.
En primer lugar, el público, por pequeño que sea. Es a mi, que cuando arbitro no lo hago ante más de doscientas personas, no quiero ni imaginar la presión que tiene que sentir un señor antelos gritos y las vejaciones de treinta mil, cuarenta mil o cincuenta mil personas. La psicología es un factor clave en el fútbol y en el arbitraje aún más. Una persona que cuando oye cualquier palabra despectiva se rebota y se lanza a cometer represalias no va a llegar muy lejos en el arbitraje. Una persona que pasa de todo, se mete dentro de una mampara y hace como si no hubiera nadie observándole tampoco va a llegar muy lejos.
Como en todo, en el término medio está la virtud, no hay que dejar llevarse por la gente, porque evidentemente siempre van a ver mal todo lo que pites en su contra y van a aprovechar cualquier momento para soltar un insulto; pero tampoco hay que hacer como si no hubiera nadie, porque el público es un factor importante en todo deporte e incluso de ayuda en algunas ocasiones, cuando alienta al equipo, aplaude, o si por el contrario acepta la superioridad del rival y nadie se vuelve loco con un marcador abultado en contra, el partido siempre será más limpio.
En segundo lugar, está el desarrollo del partido en sí mismo. Hay que olvidarse de esto es un derbi, esto es un partido de la zona baja o es primero contra segundo. Cada encuentro es un mundo y quizás nadie haga una falta grave hasta el minuto 80 que igual en el minuto 2 un jugador le da un puñetazo a otro y tienes que echarlo.
Lo importante, es dejar claro dónde está el listón y para mi lo mejor es dejarlo bien alto y dialogar lo menos posible. Yo nunca voy a sacar una tarjeta por empujar o apoyarse en un salto para recibir el balón, me parece una cosa instintiva del jugador al querer ganar más que algo antideportivo y no necesito escuchar ninguna queja que me demuestre lo contrario; no obstante todo tipo de patadas a destiempo, así como las típicas faltas tácticas cruzados los tres cuartos de campo, para mi son amarillas, por mucho que se empeñe el defensor en que sólo lo ha rozado o en que el otro se ha tirado. Si quieres parar al jugador con una falta, obstruyelo cuando esté en su campo, porque cuanto más cerca esté de tu portería, más probable será el gol y por tanto, más peligro evitas con tu falta.
La violencia y la peligrosidad de la acción, más allá de la voluntariedad o la dureza son, para mi, los únicos factores clave a la hora de sacar una tarjeta. Es esencial buscar directrices propias más allá del reglamento para formar de manera clara lo que viene en el siguiente punto.
Lo último y quizá lo que más afecta a los números de un árbitro es su personalidad. Esto quizá no lo entienda todo el mundo y es normal. Un juez de natación no puede ser subjetivo en su labor, el crono dicta su tarea; un árbitro de tenis tiene que ver que la pelota entre o no entre y de en la red, y ahora con el ojo de halcón cada vez hacen menos; las reglas del rugby, por violento que pueda parecer, dejan muy muy poco a la decisión arbitral, ya que son normas muy acotadas.
Pero el fútbol es de los pocos deportes en el que la personalidad, la forma de ser y hacer las cosas del árbitro, pueden ser de valía en su labor. Como ya dije antes, es importante la templanza, la capacidad para canalizar quejas e insultos y de igual manera, saber poner el listón en cuanto a las acciones arbitrales. Es por ello por lo que unos árbitros prefieren avisar, dialogar, alargan al máximo el sacar una cartulina, y otros no se lo piensan dos veces. Y esto está tan pegado al fútbol como la pelota, no se puede cambiar.
Por supuesto, no voy a entrar en el debate de si deberían usarse pantallas o dispositivos electrónicos en los partidos, porque las opiniones respecto a esto son muy dispares y lo vería bien en algunos aspectos y en otros no, aunque todo lo que sea avanzar, siempre estará bien.
Lo que sí creo que se debería hacer para mejorar y asegurar buenas actuaciones arbitrales es algo detrás de lo que lleva la LFP varios años y se va a implantar, en teoría, a partir de la próxima campaña.
La profesionalización del sector arbitral.
Como bien sabéis, los jugadores son considerados profesionales, cobran por su trabajo, que es entrenar, jugar partidos y comprometerse a cuidarse y a llevar una vida acorde a las expectativas que están puestas en él y en cuanto a deberes no tienen que hacer mucho más.
Un árbitro de Primera División lo cobra bien, alrededor de 100.000 euros al año. No obstante, pese a ello, tienen una vida fuera del arbitraje, todos tienen un puesto de trabajo, o una empresa que manejar, un negocio familiar, todos tienen que remar como todos hacemos en nuestras vidas y ellos, a diferencia de los jugadores, viven todo lo que el fútbol supone sin la protección de un club o los medios, a la vez que no todos entrenan igual y no todos se preparan igual, con la consiguiente pérdida de calidad. Digamos que cobran una pasta por un hobby.
Por ello se quiere implantar la profesionalización de los árbitros para lograr una dedicación exclusiva a la tarea arbitral, 40 horas semanales de trabajo obligatorio (como cualquier otro trabajador) donde se incluirían clases, entrenamientos en los que se deberá dar la talla semana a semana (sin contar los que se harían fuera de esas 40 horas) y el partido a arbitrar. Dedicación total a la tarea de formarse, lograr un nivel común para todos de preparación y desempeño de la tarea con el fin de lograr actuaciones arbitrales perfectas con individuos que se dedican únicamente a ello.
Yo veo esto estupendamente, un acierto, aunque evidentemente los árbitros involucrados, los de Primera División no ven esto con los mismos ojos, porque ahora, pase lo que pase en el partido, ellos cobran lo mismo y se van a su casa. Si llega la profesionalización, los errores se pagan con sueldo y con despido.
Eso sí, aunque la profesionalización del arbitraje de élite en España suponga más emolumentos para los árbitros, creo que es algo que se deberían plantear los clubes, ya que son ellos los que cargan con sus gastos y no creo que sea en balde gastar más dinero a cambio de mejores actuaciones arbitrales. A fin de cuentas, son los equipos los que sufren los errores cometidos por la situación actual.
Sea como sea, al igual que la reforma de los derechos televisivos, esto llegará de Europa, porque la inoperancia en cuestiones de cambio en éste país es severa.
El post es interesantísimo, has tardado poco en llevarlo a cabo.
ResponderEliminarLo primero que ha llamado la atención es que tú mismo, siendo árbitro, lo redactas entero dando opiniones. Es decir, no aseguras que las cosas han de hacerse de este modo o de otro, sino que "en tu opinión" debe ser así o "asao". Eso demuestra la subjetividad en el mundo del arbitraje, el problema inicial desde el que surge toda la entrada.
Esto es perfectamente comprensible, lo explicas a la perfección. Las personas son personas, cada una hija de su padre y de su madre, y eso lo condiciona todo. El problema surge con el hecho de que en el fútbol se maneja muchísimo dinero, y una decisión subjetiva le puede costar carísima a unos u a otros. SObre todo cuando esa decisión igual hubiera sido diferente de haber estado otro árbitro. Y, además, igualmente legal. Es difícil asumir que pueden ser igualmente legales dos decisiones diferentes cuando hay mucho trabajo y mucho dinero por detrás.
Por eso abogaba el otro día por que los que sepan de esto hagan lo que sea para que el arbitraje, dentro de sus limitaciones, sea lo menos subjetivo posible.
Vuelvo a decirlo, me ha parecido interesantísimo el post. Enhorabuena.
Un saludo
Me parecen muy interesantes tanto el post como la replica. Pero mientras se soluciona o mejora, ¿por qué tener que seguir viendo ciertos arbitrajes? ¿Los clubs no tienen más fuerza a la hora de señalar a un árbitro? Es que siempre son los mismos los que más destacan por sus pifias... Un saludo, es solo mi opinion.
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