Esa es la gran incógnita que tenemos todos para esta tarde.
¿Qué Sevilla nos encontraremos hoy?
¿Nos encontraremos el del Barça? ¿El del Granada? ¿El del Valencia? ¿El de Osasuna?
Creo que todos estamos de acuerdo que el equipo no tiene, a estas alturas, una personalidad definida. En las dos últimas jornadas parece que se ha diluido aquel Sevilla correoso y numantino que sacó un punto del Nou Camp y a ratos hemos visto a ese Sevilla de caballería, rápido y mortal que es capaz de marcar un gol en un minuto y de atacar en oleadas, una detrás de otra, asediando sin cuartel la meta rival.
Como dijo Aristóteles "en el punto medio está la virtud entre dos extremos viciosos" y en este Sevilla de hoy nada puede ser más verdad. Combinando a la perfección esa velocidad arriba con la garra atrás conseguimos derrotar a dos de nuestros principales rivales por la Champions y conseguimos salir airosos de las guaridas de los otros dos. Sin embargo, bien sea por el cansancio, la falta de delanteros, el exceso de confianza o el conformismo, llevamos tres jornadas sin ganar, la perfecta media inglesa se ha ido completamente al traste y ya no queda otra que no sea ganar esta tarde en Mallorca, por lo civil o por lo criminal.
Nos sorprendió Marcelino convocando a Ibusuki Hirsohi como único delantero centro nato y yo, aunque me alegra la iniciativa, no me convence a partes iguales. Absolútamente de acuerdo estoy con que el chaval debute, tenga minutos y si acaso, tenga alguna oportunidad de enchufar un tanto que tengamos que celebrar con un chupito de sake; pero también estoy de acuerdo en que si el japonés debuta puede deberse a dos motivos, o bien para perder tiempo o bien para quemar las naves ante un resultado adverso.
Y por eso, yo preferiría hoy que el japonés no debute, que con lo que salgamos al campo, previsiblemente Manu de referencia arriba acompañado de Armenteros, Trocho, Campaña, Medel y Navas, baste para llevarnos los tres puntos frente a un Mallorca que tampoco está para tirar cohetes.
Un Mallorca que viene de recibir un guantazo con la mano abierta en el Camp Nou, cinco goles que, del mismo modo que Villareal, u Osasuna querrán redimir ante su afición, espoleada en las últimas jornadas de la mano de un viejísimo conocido y amigo del sevillismo, Caparrós. Sincéramente, espero que Caparrós haga un buen papel en Mallorca y que termine el año bien situado, no puedo desearle menos a uno de los nuestros, pero todos conocemos bien sus métodos y el equipo bermellón que vamos a tener hoy delante para nada se va a parecer al que hemos visto los últimos años. No tienen a sus estrellas de antaño, el último en completar la diáspora, De Guzmán, que tampoco es que se esté saliendo en el Villareal, pero siempre un jugador bueno resalta más en equipos pequeños y espero que el juego de ataque del Mallorca no sea suficiente para crearnos demasiados problemas. Eso sí, dependiendo del Sevilla que tengamos esta tarde, puede pasar todo lo contrario.
Nos arbitrará el menor de los Teixeira Vitienes, por segunda vez este año. La primera vez fue en Villareal, con sendo empate a dos a merced de dos penalties. Hoy preveo un partido tosco, lento y con muchas faltas, y por ende, muchas tarjetas. Ojalá me equivoque, pero Teixeira no es de los que perdona amarillas.
Tenemos que aprovechar esta lentitud y esa tensión por puntuar con la que va a salir al campo el Mallorca para que la tensión y los nervios que tienen los nuestros no se note en demasía. De ganar, mantendríamos la posición de Europa League una jornada más, acercándonos al perdedor del derbi valenciano y manteniendo las distancias con Málaga y Espanyol. Tenemos que sumar como sea para seguir dependiendo y creyendo en nuestra capacidad de mejoría, que llegará en algún momento, pero no se puede forjar con más derrotas. Hoy hay que poner la primera victoria en el casillero visitante, no se puede alargar más. Hoy sí que no vale salir a empatar, ni salir arropaditos para coger una contra. Hoy hay que dominar, hay que amrcar, hay que hacer ver que somos el Sevilla Fútbol Club y, para ello, confío en lo que tenemos.
No voy a poder ver el partido porque a esa misma hora estaré arbitrando en Nueva Sevilla, pero espero poder volver a casa y quedarme satisfecho con las crónicas que mis compañeros blogueros me brinden.
Hoy no nos puedes fallar, Sevilla. Nos lo debes.
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